La terapia ocupacional basado en la evidencia parte del concepto de Medicina Basada en la Evidencia (MBE), este fue desarrollado Gordon Guyatt. La Medicina Basada en la evidencia se fundamenta en «la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes individuales».
La terapia ocupacional basada en la evidencia se fundamenta en la aplicación de los estudios de investigación como base de las intervenciones que se van a relizar, lo cuales sirve de sustento de nuestra práctica profesional; así se permite una adecuación entre los objeivos establecidos, las interevenciones realizadas y los resultados esperados. Para ello se deben considerar aspectos claves como son la validez interna y la validez externa. Se entiende por validez interna de un estudio a los criterios y condiciones aplicados dentros del propio estudio que permiten obtener resultados satisfactorios los cuales son validos «grado en que los resultados son validos para la población de estudio, considerando la relación existente entre el resultados obtenido y el parametro que se desea estimar, excluyendo explicaciones alternativas». Sin embargo la validez externa hace referencia a «extensión y forma en que los resultados de un experimento pueden ser generalizados a diferentes sujetos, poblaciones, lugares, experimentadores» es decir, la extrapolación de las intervenciones a un contexto clínico debido a que este no siempre es perfecto como el que se produce en condiciones experimentales. En este punto es donde comienza el razonamiento clinico del profesional basado en el contexto de aplicación.
La aplicación de la terapia ocupacional basada en la evidencia a nuestra práctica profesional repertcute de manera directa en una mejor atención a nuestros usuarios. Para ellos se deben identificar las evidencias en las distintas bases de datos, evaluar los hayazgos de la misma y decidir desde una perspectiva clínica su implantación en nuestro servicio. Para esta decisión se debe considerar multiples factores: variabilidad de los usuarios, tipología de servicio, recrusos del mismo e incluso aspectos éticos de las intervenciones. Así en base al rigor científico de las evidencias podremos realizar la transferencia a la práctica habitual.
